miércoles, 7 de marzo de 2007

La corrupción en Bolivia ¿Cómo evitarla? Parte 1

Parte del trabajo realizado por: María J. Santos Pequeño (ongprogreso10[arroba]cotas.com.bo) y cuyo articulo se lo encuentra en su totalidad en Monografias.

Introducción
Objetivos
Marco teórico referencial
Ámbito del estudio. Estatutos de ética profesional
Fundamentación del trabajo
Metodología del trabajo "Diagrama de Gantt"
Comisión de ética y transparencia
Valoración del grupo de trabajo
Bibliografía
El Código de ética para los profesionales que ejercen las ciencias exactas
1.- INTRODUCCIÓN:
La presente investigación, tiene por objeto analizar la corrupción en Bolivia, para lo cual hemos intentado desnudar las complejas redes de poder que se construyen en los ámbitos de poder o de servicios públicos para servirse de la "cosa pública" en beneficio propio.
La corrupción en Bolivia:
La corrupción en Bolivia, ha llegado a niveles muy altos y de esta manera ha pasado a formar parte inevitablemente de la vida cotidiana del ciudadano común, éste, se siente impotente ante el gigantesco deterioro moral y material, que día a día se le viene encima escuchando a cada momento la palabra corrupción.
Amanecemos y anochecemos con la corrupción, desayunamos y cenamos con la corrupción y finalmente todo es corrupción, porque además, denunciar la inmoralidad política es el pasatiempo favorito de los bolivianos.
Sin duda, son muchos los factores que contribuyen a reforzar los sentimientos incómodos que siente la población, pero en gran medida esto está relacionado con la idea errónea que tenemos los bolivianos de mezclar las funciones de las autoridades públicas con relaciones familiares, de amistad o de negocio.
Existe una cultura colectiva muy arraigada en el país por convertir a las instituciones del Estado en corporaciones rígidas, monolíticas y verticales de tipo feudal-militar, donde predomina un elevado espíritu de cuerpo, un alto grado de solidaridad y lealtades profundas que se repiten sistemáticamente en cualquier parte de la administración pública. Y aquél que se atreva a desnudar ante la opinión pública alcances y las dimensiones económicas que abarcan estas redes burocráticas, prácticamente no le espera son el linchamiento mediático y su consiguiente muerte civil.
Dentro de esta lógica, todos los gremios vinculados a las actividades del Estado, militares, iglesia, poder judicial, aduana, universidades, etc., tienen como premisa y obsesión principal, convetir sus pequeños espacios de decisión en poderes locales semiautónomos e independientes, una suerte de "getos" criollos que resultan totalmente inaccesibles para el resto de la comunidad y donde los mecanismos de control en la práctica resultan absolutamente inoperantes.
Es frecuente observar en el interior de cualquier institución estatal independiente de su estructura organizativa, la manera aberrante de procrear lazos de afinidad, ahondar el amiguismo al mejor estilo de las clases tribales, familiares o de grandes mafiosos.
Las instituciones públicas reproducen internamente un "espíritu cívico" fuerte que resulta impenetrable para el resto de la población, lo que naturalmente facilita y promueve sin límites la acción corrupta.
Existe una arraigada cultura basada en valores morales por convertir los espacios de la Administración pública en emporios privados, donde muchas veces la relación jefe-empleado, adquiere un sentido más bien pernicioso, si se trata de sonsacar bajo cualquier pretexto recursos del Estado.
Como muestra de lo expresado, ahí tenemos el patético caso, donde se defienden negocios particulares como si fueran éstos de interés nacional. Y la cultura del encubrimiento, precisamente tiene que ver con normas culturales de reciprocidad e intercambio de favores.
Existe un fuerte sentimiento de hermandad, proceso de construcción de lealtades mal entendidas porque el aparato estatal, con una mentalidad de "secta religiosa", donde automáticamente se inventan relaciones sociales muy comprometedoras y fuertemente enraizadas.
Por eso el desafío que tiene por delante el boliviano es precisamente, cambiar la predisposición y la actitud moral perversa que tienen los funcionarios y los gobernantes respecto del significado de la cosa pública.
Si no lo comprendemos, vamos hacia un desplome completo de la sociedad. Es indispensable romper con la cultura del compadrería barato, el nepotismo del servilismo y de la sumisión permanente ante los jerarcas del estado.
Tenemos que recuperar el concepto, insistiendo en que la preservación y revalorización del papel del individuo es fundamental para guiar el desarrollo y progreso de los pueblos.
Para encontrar una salida al totalitarismo de la corrupción y frenar tanta irracionalidad, es imperioso tomar y crear una conciencia nacional que sea capaz de tomar conciencia y dimensión de lo que significa ser un auténtico funcionario público, que debería estar al servicio del interés general.
La verdadera esencia de una ética colectiva reside en la armonización entre la satisfacción de los instintos que nos inducen a la conservación de nuestra propia existencia y los que no impele a la cooperación en la existencia de los demás.
La justicia, la libertad, el bienestar económico y la paz social no pueden pensarse como un privilegio exclusivo de un grupo minoritario; por el contrario alcance de estos nobles ideales tienen que congregar la participación de todos los sujetos que conforman el conjunto de las relaciones sociales.
Resulta imperioso hacer una autocrítica sana y constructiva para acabar con el protagonismo, individualismo exacerbado y un gremialismo mal entendido que persigue la maximalización de las ganancias para unos pocos a costa de las frustraciones, sufrimiento y postergación de millones de ciudadanos.
Es prioritario poner énfasis y exageración y a la desaprobación de los mismos, ya que son sentimientos groseros den detrimento de las mayorías.
Para combatir la corrupción, se requiere sentar sólidas bases para recibir educación y enseñanza en valores éticos y solidarios en pos del bien común y derechos y responsabilidades ciudadanas.
Es imperioso tomar conciencia serena de que la vida no se acaba en la búsqueda de la satisfacción de intereses particulares y de los amigos, es imperioso sentirse que uno forma parte de una globalidad social, como tal, las colusiones son factibles con la participación de toda la sociedad civil, con sinceridad y transparencia.
Es importante dar señales inequívocas a la población de madurez y conciencia para llevar a cabo con éxito esta misión que por ahora parece ciertamente imposible.
"Un errado mecanismo de selección de elites, indefectiblemente facilita el éxito de aquellos individuos que buscan sus favores privados por medio de un uso sin escrúpulos del poder político"

No hay comentarios:

Publicar un comentario