jueves, 3 de enero de 2019

General Julio César Villarroel Procesado por corrupción dirige la nueva estatal TAM



El general Julio César Villarroel fue posesionado ayer, en La Paz, como gerente general de la nueva Empresa Pública de Transporte Aéreo Militar (TAM). Villarroel, elegido de una terna por el presidente Evo Morales, está imputado por los delitos de peculado, incumplimiento de deberes, uso indebido de influencias, peculado culposo y enriquecimiento ilícito en un proceso por la compra irregular de repuestos para el TAM junto con el comandante de las Fuerzas Armadas, Gonzalo Durán.

El proceso que incluye al nuevo gerente de TAM Pública, Julio César Villarroel, se origina en la supuesta compra irregular de repuestos para los aviones Bae 200 y Bae 100 para TAM cuando él era su director general, en 2015. Este proceso fue atendido y retardado por el exfiscal Anghelo Saravia, ahora con detención preventiva en el penal de San Pedro de La Paz por los presuntos delitos de consorcio de jueces y abogados, incumplimiento de deberes y uso indebido de influencias. El Caso signado bajo el número LPZ 1406658 se encuentra ahora en manos del fiscal Daniel Ayala y se activará pasada la vacación judicial.

El viceministro de Defensa, Luis Fernando Aramayo, fue el encargado de posesionar ayer a Villarroel, en cumplimiento al decreto supremo 3025 del pasado 14 de diciembre que dispone un plazo de 45 días para que el TAM se adecué a la norma técnica, regulatoria y otras disposiciones nacionales e internacionales de aeronáutica civil.

Aramayo destacó el servicio de TAM a regiones que no son atendidas por otras aerolíneas y anunció un incremento en los pasajes, aunque dijo que “vamos a tratar de no afectar a la población boliviana, si va a ser algo va a ser mínimo, pero el TAM va a seguir teniendo un trato especial para los bolivianos”.

Por su parte, Villarroel señaló que hasta enero de 2017 se espera cumplir con los requisitos exigidos por ley e iniciar en febrero las operaciones como Empresa Pública Transporte Aéreo Militar.

Cabe recordar que fue en 2014 que el coronel Marco Benavidez planteó una querella penal en contra de Villarroel, de Jaime Flores (director financiero del TAM en 2007), Emeterio Díaz Jachu (jefe de Auditoría) y Elizabeth Lema por los delitos ya señalados líneas arriba.

De fiscal en fiscal


En 2007, Benavidez, quien fungía como responsable de adquisiciones del departamento VI de la FAB, fue sindicado por las presuntas irregularidades; pero una auditoría interna reveló un posible daño económico y que la responsabilidad recaería sobre otras personas.

Se conoció que estarían involucrados el excomandante de la FAB, Gonzalo Durán, y el ahora embajador en Venezuela, general Luis Trigo, quien emitió la instrucción para que se desembolsen 522.920 bolivianos a favor de Villarroel y de Benavidez.

Hay constancia de un cheque firmado el 13 de diciembre de 2007 por Durán, a favor de José Ramiro Callapa Cano por más de medio millón de bolivianos.

En base al resultado de la auditoría, Benavidez planteó una querella que a la fecha pasó por las manos de varios fiscales.

En junio de 2014, el caso estaba en manos de Rosario Durán, fiscal de materia de la División Anticorrupción de la Fiscalía de La Paz, quien citó a Villarroel en calidad de imputado. Durán no continúo y presentó su renuncia al Ministerio Público de La Paz. El caso no habría avanzado por presunto encubrimiento.

Asumió el caso el ahora detenido, Anghelo Saravia, quien actuó también con dilación y, más aún, planteó el “rechazo del caso del imputado Villarroel Camacho” ante el juez 9º de Instrucción en lo Penal, argumentando falta de motivos para continuar.

La parte querellante impugnó la decisión y el juez pidió a Saravia que corrija su rechazo, pero esto no procedió debido a la investigación a la que fue sometido.

Ahora, el caso fue radicar en manos del fiscal Daniel Ayala, quien a la fecha no emitió ningún pronunciamiento porque supuestamente no revisó aún el caso, que se reactivaría desde el 4 de enero de 2017, una vez que concluya la vacación judicial.



INTERROGANTES SIN RESPUESTA

Varias consultas sobre la antigüedad de la flota de los aviones y mayores datos sobre la transición de TAM a empresa pública aún no tienen respuesta de parte de autoridades de esa unidad.

A través del sitio airfleet.es, especializado en aviación, se conoce que la edad de los aviones del TAM sobrepasa los 30 años.

Consultado sobre el tema, el director regional del TAM, Juan Carlos Galarza, manifestó ayer que se trata de información técnica por lo que no podría brindar mayores datos al respecto.

Por otra parte, a la fecha se desconoce cuál será la estrategia que se implementará para que la nueva empresa pública, que nacerá cuando concluya el trámite de adecuación, sea rentable y autosostenible en el tiempo.

Según Galarza, se conformó una comisión especializada para realizar todo el trámite de transición a empresa pública. Esa comisión se hará cargo de todos los detalles de la constitución de la nueva empresa. Está previsto que desde febrero, el TAM reanude sus operaciones comerciales y vuelva a los aeropuertos internacionales del eje troncal.



CONTINUARÁ ATENDIENDO EN HANGAR DE FAB

TAM opera en 7 de las 23 rutas a las que llegaba

De las 23 rutas que habitualmente cubría el Transporte Aéreo Militar (TAM), ahora sólo cubre siete y la mayoría cercanas al eje troncal del país, según informó ayer el gerente regional de esa unidad de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), Juan Carlos Galarza.

Durante un recorrido realizado por las instalaciones del hangar de la FAB, desde donde opera actualmente el TAM, Galarza explicó que se cubren las rutas hacia La Paz, Santa Cruz, Tarija, Yacuiba, Sucre, Cobija y Cochabamba.

Explicó que para prestar el servicio cuentan con tres aviones Boeing 737- 200 y 737-300, además de dos aeronaves de reserva, en caso de que alguno de los aviones habilitados necesite de algún tipo de mantenimiento.

Desde el pasado 17 de noviembre, el TAM opera desde hangares militares tras la emisión del Decreto Supremo 3025, del 14 de diciembre, que le otorga 45 días de plazo para convertirse en empresa pública y pasar a ser regulada por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).

Consultado sobre la razón por la que se trasladaron al hangar de la FAB y dejaron de operar en el aeropuerto “Jorge Wilstermann”, Galarza dijo que se debe a una instrucción emitida desde la FAB; pero no pudo decir el motivo.

Recordó que el hangar desde donde opera el TAM fue acondicionado en 2008 para funcionar como un pequeño aeropuerto. Dijo que en el lugar se pueden realizar todas las operaciones que normalmente se realizan en una terminal aérea.

Después de las quejas de los pasajeros sobre las condiciones en las que eran atendidos, ayer se vio ciertas mejoras.

Se habilitaron más sillas en la sala de atención a los pasajeros. La sala de espera tiene una capacidad de por lo menos 30 personas, cuenta con un pequeño snack y un televisor. También existe un comedor en el lugar.

En cuanto al control del equipaje, existe una cámara de seguridad que es monitoreada constantemente, según Galarza. También, dijo, se coordina con la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) para hacer controles cuando se trata de vuelos con alto flujo de pasajeros.

En el lugar también se habilitó un bus con capacidad para 30 personas, para trasladar a los pasajeros hasta la terminal aérea “Jorge Wilstermann” en caso de que lo requieran.

También opera en el lugar el radiomóvil La Rosa. Su representante, Paulo Delgado, dijo que se dispuso entre 15 y 20 móviles para prestar el servicio externo.

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