El país se encuentra en el puesto 118 del ranking de corrupción

Noticia publicada el 2 de Diciembre de 2011 en opinion

La cumbre "masista", convocada por el presidente Evo Morales, que en realidad tiene el objetivo de configurar un escenario de apoyo a la devaluada gestión del Gobierno, debiera comenzar considerando el nivel de corrupción del país, que según datos recientemente publicados por Transparencia Internacional (TI), refieren que Bolivia continúa siendo el cuarto Estado más corrupto en Sudamérica, manifestó el asambleísta departamental por Unidad Nacional (UN), Eduardo Campos Velasco.

Transparencia Internacional (TI), es una Organización No Gubernamental (ONG) a escala universal dedicada a combatir la corrupción, congregando a la sociedad civil, sector privado y los gobiernos en una amplia alianza global.

"La anunciada cumbre que está convocada por el presidente Morales para los próximos días, debería iniciar sus deliberaciones haciendo una profunda autocritica de lo que han hecho en estos últimos años. Por supuesto, sin duda alguna, el tema de corrupción debiera ser uno de los puntos fundamentales, tomando en cuenta que en este último periodo, antes que reducir los niveles, (de corrupción) se han incrementado", sostuvo el legislador.

Datos recientes emitidos por Transparencia Internacional (IT) señalan que Bolivia se sitúa en el puesto 118 del ranking mundial de corrupción, de un total de 183 países observados, con una puntuación de 2.8, habiendo subido 8 puestos con relación al 2010.

Asimismo, el informe establece que Bolivia continúa siendo el cuarto país más corrupto de Suramérica, sólo detrás de Ecuador (120), Paraguay (154) y Venezuela (172). En el caso específico de Venezuela, socia de Bolivia, se encuentra situado entre los 10 países más corruptos del mundo, sólo comparable a Somalia (183), Corea del Norte (182), Afganistán (180), Sudan (177) e Iraq (175).

En contrapartida, los datos de Transparencia Internacional, indica que Chile es el país menos corrupto de la región, situado en el ranking en el puesto 22 de mundo y seguido por Uruguay en el puesto 25. En relación a otros países del continente, este informe refiere que Brasil está situado en el puesto 73, Perú y Colombia en el puesto 80 y Argentina en el 100.

En relación a los países menos corruptos a nivel mundial, el informe de Transparencia Internacional identifica a Nueva Zelandia, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Singapur; Canadá y Australia.

En este sentido Eduardo Campos, manifestó que los datos presentados también señalan que el IPC (Índice de Percepción de Corrupción) del 2011, muestra que la corrupción continúa afectando de manera profunda a muchos países en el mundo, misma que está relacionada a la inestabilidad económica y a la poca transparencia de los gobiernos en el manejo de los recursos públicos. El IPC recoge una visión panorámica y clasifica a 183 países del mundo, según su nivel de corrupción en función de la percepción de los propios ciudadanos. La puntuación, utiliza una escala de 10 a 0, en la que los índices cercanos a 10, resultan siendo los menos corruptos y los cercanos a 0 son los más corruptos.

Luego de este análisis, el asambleísta departamental, sostuvo que la cumbre convocada por el presidente Evo Morales, no abordará problemas centrales que atraviesa el país, como por ejemplo la seguridad ciudadana, o políticas económicas, por el contrario servirá para generar una corriente de respaldo a la malograda gestión e imagen del Primer Dignatario de Estado, adelantando que antes que análisis, se producirán votos resolutivos de apoyo y amenazas a los sectores que cuestionan lo que hace el Gobierno.

"Son varios los temas que no serán abordados y resueltos eficientemente por este Gobierno y menos en la famosa cumbre que está convocada. Bolivia, como bien se sabe, tiene problemas estructurales no resueltos, como la pobreza, la desigualdad, la baja producción y productividad y su excesiva lejanía de los circuitos económicos comerciales del mundo; aspectos que no pueden ser resueltos de manera separada e inconexa, motivo por el cual, todos los esfuerzos que se hacen por mejorar los niveles de democratización e inclusión, no acaban en resultados concretos que modifiquen los niveles de vida de los bolivianos", argumentó Eduardo Campos.