domingo, 26 de octubre de 2014

Los nexos brasileños de Andrés Guzmán y el misterio de cómo llegó D’Andréa a Bolivia

La Dirección de Sol de Pando intentó comunicarse con el representante de D’Andréa Agrimport, Roberto Falascina, enviando a su correo un cuestionario el 22 de octubre aún no respondido. Entre las interrogantes que deben esclarecer los empresarios brasileños y también autoridades bolivianas, queda por establecer las circunstancias en las cuales fue posible que una fabricante brasileña de maquinarias atravesando tan severas dificultades legales, económicas y tecnológicas en su propio país, logró un contrato directo para armar en Bolivia fábricas de cartón y papel, consideradas empresas estratégicas del Estado.

En círculos políticos y empresariales del Brasil que conocen los conflictos judiciales y financieros del grupo Falascina, se menciona un nombre que habría sido la clave para que D’Andréa haga negocios con el gobierno boliviano buscando salvarla de una inminente quiebra: Andrés Fermín Guzmán Heredia.
Andrés Guzmán y Olacyr de Morães, en el 2012, cuando acompañaron a la presidenta Dilma Rousseff, con una comitiva empresarial, a un viaje de negocios en Rusia. | Foto Archivo Veja

Andrés Guzmán y Olacyr de Morães, en el 2012, cuando acompañaron a la presidenta Dilma Rousseff, con una comitiva empresarial, a un viaje de negocios en Rusia. | Foto Archivo Veja

Guzmán Heredia fue un habilidoso político y gestor comercial nacido en Cochabamba que se instaló en los años 90 en el Acre boliviano para realizar negocios con el Brasil, rondando entre el éxito y la muerte.

Falleció trágicamente el 4 de abril de este año al ser acribillado por el chofer del famoso “rey de la soya” en el Brasil, Olacyr de Morâes, poco después de que Guzmán salía del palacete del octogenario y corrupto magnate, en São Paulo, con casi 200.000 dólares (en billetes de reales) dentro una maleta que se presume era parte de una extorsión al multimillonario. Andrés Guzmán se jactaba de ser amigo íntimo del viejo Olacyr, viajaban juntos a Europa y alguna vez lo trajo a Bolivia para ver el carnaval de Oruro. La Policía brasileña aún no ha esclarecido cómo y por qué pudo Guzmán extorsionar aquellos $us 200.000 a Morâes; según el chofer que lo baleó no era la primera vez que el boliviano obtenía dinero de ese modo, abusando a su patrón. Se presume que entre ambos empresarios habría existido un vínculo homosexual que se prestó a la extorsión. Olacyr de Morâes no fue imputado ya que su leal chofer asumió toda la responsabilidad penal del asesinato.

EL “OPERADOR” CLAVE DE LOS NEGOCIOS CON BRASIL
Con el talento de un próspero pastor evangélico para los diezmos, Guzmán Hererdia trabajó con el Gobierno de Sánchez de Lozada y asesoró al entonces ministro gonista Alfonso Revollo para entregar la administración del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) a la familia Canhedo, propietaria de la quebrada empresa VASP (qué sorprendente similitud con el caso D’Andréa). Con los buenos dividendos obtenidos del inescrupuloso Wagner Canhedo por esa intermediación que marcó el triste destino del LAB, Andrés Guzmán se compró un curul como Senador suplente por Pando dentro la bancada del partido Podemos que lideraba el ex presidente Jorge Quiroga Ramírez.
Cuando Evo Morales asumió la Presidencia, el senador podemista, fiel a su premisa de que “el poder es para hacer negocios”, se pasó a las filas del MAS y dio su voto en favor de la Ley de Reconducción Comunitaria del Inra, en noviembre del 2006. Con ese paso se abrió un camino expedito hacia el Palacio Quemado y se hizo amigo de mucha confianza de Juan Ramón Quintana, el Ministro de la Presidencia, quien gracias a Guzmán Heredia que trajo un grupo de “consultores” brasileños a Pando, pudo desarrollar una estrategia de alianzas, en las elecciones generales del 2010, con un sector de la élite conservadora pandina que abandonó al ex prefecto Leopoldo Fernández por cuestión de negocios precisamente.
Guzmán Heredia fue el puente para que Quintana establezca un pacto político con el principal líder de la vieja escuela banzerista de Pando, Miguel “Chiquitín” Becerra, quien rompió con Leopoldo Fernández que era respaldado por Tuto Quiroga. El frío pragmatismo con que Quintana, Guzmán y Becerra hicieron la “toma de Pando”, facilitó que sicarios vinculados al narcotráfico en la ruta de la cocaína del Perú al Brasil y que dispararon contra campesinos del MAS durante la masacre de Porvenir, sean bienvenidos en los aparatos de seguridad e inteligencia controlados por el Ministro de la Presidencia.
A Andrés Guzmán se lo vincula también con las gestiones realizadas por la empresa constructora brasileña OAS para adjudicarse la construcción del camino asfaltado entre Cochabamba y Beni, en el polémico proyecto que pretende atravesar el territorio indígena y parque nacional del Tipnis, dentro la amazonia boliviana.

Gestando la gran estafa del papel y del cartón

El 3 de septiembre del año 2007, el Ministro de la Presidencia anunció oficialmente una reunión con la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) para exponerles el plan gubernamental de crear un conjunto de “empresas estratégicas” en el área productiva. Quintana, decía la crónica informativa, “anunció que se discutirá en forma democrática y respetuosa todos los puntos de vista, y las objeciones a la política oficial”. Fue entonces cuando Eduardo Peinado Rivero, el Viceministro de Industrias, hizo su estelar aparición anunciando que“el Ejecutivo prevé impulsar industrias estatales de papel, cartón y vidrio”. El presidente de la CEPB, Roberto Mustafá, expresó sus reparos. “Los empresarios no estamos de acuerdo que existan empresas estatales, todo debe estar en manos privadas para evitar temas de corrupción, favoritismo político. Todo se debe manejar con visión clara y gestión empresarial”,declaró Mustafá premonitoriamente.

Dos días después de la reunión con los empresarios privados, el 5 de septiembre del 2007 —con un enfático impulso del Ministro de la Presidencia— el Gobierno crea simultáneamente las empresas para fabricar papel y cartón, Papelbol en Cochabamba y Cartonbol en Oruro, mediante los sucesivos decretos supremos 29255 y 29256 respectivamente.

Andrés Guzmán Heredia (izq), asesinado en abril de este año en Sâo Paulo bajo circunstancias escabrosas, Eduardo Peinado (centro) por fin tras las rejas, y Roberto Falascina, el dueño brasileño de D’Andréa, una fábrica de maquinarias agrícolas cuyas chatarras no pueden ser rematadas. Tres personajes, entre otros, claves en el negociado de Papelbol. | Fotomontaje Sol de Pando 

Esas empresas instaladas en el occidente del país, además de Lacteosbol, junto a otras como la Empresa Boliviana de Almendras (EBA) y la Cooperativa de Zafreros y Fabriles castañeros (Zafabri) en el norte amazónico (Riberalta), fueron proyectadas y diseñadas y diseñadas con la intervención personal del Ministro de la Presidencia a través de un organismo técnico bajo su directa dependencia, la Unidad de Proyectos Especiales (UPRE), creada en abril del mismo año 2007, de la cual en el año 2010 (cuando Quintana asume la dirección de Ademaf, organismo diseñado por el mismo ex militar para desplegar labores de inteligencia y seguridad del Estado encubiertas como actividades de desarrollo económico en base a las teorías clásicas de la “guerra de baja intensidad”) se desprendió el Servicio de Desarrollo Productivo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem), que bajo tuición de Ministerio de Desarrollo Productivo administra actualmente las “empresas estratégicas” creadas por Quintana en el 2007. La UPRE continúa operando en dicho Ministerio “direccionando” —según los criterios personales, políticos y electorales de Quintana— recursos del programa Evo Cumple que es financiado con fondos venezolanos. Desde el año 2011, esta unidad “técnica y económica” del Ministerio de la Presidencia tiene las manos libres para realizar contrataciones directas, sin necesidad de licitación alguna (aun cuando los montos en juego sean mayores a Bs 20.000), que es exactamente lo que Peinado ya hizo desde su Viceministerio en el 2007 favoreciendo a D’Andréa al margen de toda licitación.
Las fábricas Papelbol y Cartonbol nacieron el año 2007 amarradas a D’Andréa Agrimport que —de manera idéntica a la quebrada VASP en los tiempos de Sánchez de Lozada— llegó a Bolivia para obtener ganancias ilícitas buscando salir de su bancarrota; y también tenía entre sus gestores más activos y convincentes a Andrés Guzmán Heredia, estrecho colaborador del ministro Quintana además de miembro connotado de la Cámara Boliviano Brasileña de Comercio.

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