lunes, 11 de mayo de 2015

Julia Ramos monta proyecto del Fondo Indígena en su casa



La ejecutiva de la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Tarija “Bartolina Sisa”, Julia Ramos, alquila dos dependencias de su casa en donde funcionan dos centros de capacitación para confección textil financiados a través del polémico Fondo de Desarrollo Indígena Originario Campesino (Fondioc).

El País eN conoció la existencia de estos centros textiles en la ciudad de Tarija y fue a corroborar, sobre el terreno, cómo están funcionando y si se están cumpliendo los objetivos trazados en el proyecto. Al llegar al centro, María Eugenia Cruz, la técnico que administra el proyecto, accedió a mostrar las instalaciones.
Los dos centros están ubicados en un edificio dentro de la casa propiedad de Julia Ramos, una sala en la planta baja y otra en la planta primera. Ambos espacios están acondicionados con distintas máquinas de coser y utensilios para la confección de ropa típica; sin embargo, de las beneficiarias que deben capacitarse y elaborar su ropa para luego venderla, ni rastro. El estado de las máquinas, cuidadosamente tapadas, denota que el uso que se les ha dado no ha sido mucho.
Cruz explica que, por enfermedad de la técnico que capacita a las mujeres, y debido a las fiestas de Navidad y el periodo electoral, el centro lleva parado desde octubre. La cantidad de producción textil, como reconoce la misma administradora, es escasa, aunque asegura que están trabajando para llegar a elaborar la cantidad suficiente y poder colocarla en distintos mercados.
“Nosotros exponemos las confecciones en las diferentes ferias y como técnico administradora a mí me corresponde, una vez que haya cierta cantidad de producción en cuanto a la vestimenta típica, crear los nichos de comercialización, pero eso lo voy a hacer recién porque la capacitación tiene que estar al 100 por cien. Ha sido un poco lenta porque vienen de las comunidades y no saben manejar las máquinas y el aprendizaje ha sido mucho más lento de acuerdo a lo que se había previsto en el proyecto”, indica.
El proyecto está dirigido a 50 beneficiarias de distintas comunidades del departamento y el objetivo es que las mujeres se formen en el uso de máquinas de coser modernas para que elaboren su propia ropa y luego la vendan, apunta la administradora. El Fondo Indígena financia todo el proyecto, 958.415 bolivianos, a excepción de una contraparte que han de pagar las beneficiarias por concepto de alquiler.
“Este es un proyecto que está financiado por el Fondo Indígena y está gestionado por las bartolinas a la cabeza (sic) de la señora Julia que es la que en realidad ha aportado bastante con el tema de gestionar. Nos han hecho un primer desembolso que alcanza el 70 por ciento. De que sí se ha comprado toda la maquinaria y el material necesario y falta complementar alguna maquinaria, pero con eso será el segundo desembolso”, dice.
En cuanto a la propiedad del inmueble donde está alojado, la administradora reconoce que es propiedad de una dirigente de las bartolinas - aunque no revela el nombre - y que se le tiene que pagar un alquiler.
“Las beneficiarias van pagando el alquiler como contraparte. Hemos hecho un convenio, tenemos que seguir pagando el alquiler, pero nos están esperando a cuando tengamos la producción y cerremos el mercado. Se va seguir pagando. El edificio es particular y los ambientes son alquilados. En realidad es de una persona que forma parte de la federación de la Bartolina Sisa, pero no tiene nada que ver, igual podíamos alquilar unos ambientes de un señor x”, cuenta.
En efecto, la propietaria de dicho inmueble es la dirigente bartolina Julia Ramos. Para confirmar la situación, El País eN, buscó a la ex ministra de Justicia y le preguntó sobre el alquiler.
“Eso es muy privado. La contraparte la tenemos que poner. Ahora está más de un año y estamos esperando que se termine. Tengo que estar viendo la forma de cómo llevar adelante, faltan muchas cosas”, dijo. Al preguntarle por si recibe alquiler, visiblemente alterada, rehuyó la pregunta. “Tiene información demuéstreme. Estamos apoyando. Ustedes no conocen, por qué hablan. Yo te invito y te voy a explicar, no tengo ningún problema”.
Aceptamos la invitación, y fuimos a la oficina de las bartolinas, para conocer más información sobre el proyecto. Volvimos a la carga, e insistimos sobre el alquiler. “Hay contraparte de la organización (para) ver el tema de servicios y alquileres. Servicios me tienen que pagar y lo que estoy haciendo es ayudar a la organización. Si ahora estuviera en otra casa, ya se habrían confiscado todas las máquinas, estamos más de un año. A veces uno dice: ´pucha, uno más ayuda y la gente lo malinterpreta´. El proyecto no nos paga alquiler”, argumenta.
Sin embargo, Cruz, que acompaña en esta ocasión a Ramos, sí señala que se debe pagar un alquiler. En la entrevista, Ramos afirma que, aunque ha estado paralizado el proyecto, los sábados y domingos ya están yendo de nuevo las beneficiarias a trabajar. El pasado sábado El País eN volvió a visitar las instalaciones y esta vez sí había mujeres capacitándose, aunque no en un número elevado ya que, según explican, muchas se habían marchado porque van al centro temprano.
La conversación empieza a desviarse por otros derroteros y, ante la falta de aclaración sobre algunos puntos del proyecto, pedimos que se nos facilite en papel. Tras varias excusas y un par de semanas más tarde, Julia Ramos presenta el documento en las oficinas del periódico.

Proyecto
El proyecto denominado “Capacitación y equipamiento para confección de prendas de vestir artesanías en el departamento de Tarija”, data de diciembre de 2011 y tiene un costo de 958.415 bolivianos.
Las beneficiarias de dicho proyecto, según consta en la documentación, son 50 mujeres originarias de las comunidades Campo de Vasco y La Cabaña (en el municipio de Uriondo) y Santa Ana, Monte Sud y El Portillo de Cercado (en el municipio de Cercado).
En cuanto a la ubicación, aparece la primera irregularidad. Según el proyecto, se deben establecer un centro en el municipio de Uriondo y otro en Cercado. Nadie sabe nada del centro de Uriondo y, a tenor de las explicaciones de la técnico, los dos centros se han establecido en Cercado, concretamente en la propiedad de Julia Ramos.
El proyecto está conformado por tres componentes: Equipamiento de los centros con maquinaria y equipos; capacitación, producción y formación de promotoras; comercialización y capacitación en la comercialización. El primero se ha cumplido en casi su totalidad, a falta de alguna maquinaria que resta comprar; el segundo a mitad, y el tercer componente no se ha cumplido nada, puesto que todavía se están buscando los mercados de comercialización de los productos debido a que la producción es escasa.
En cuanto a la estructura de la inversión del proyecto, en el documento aparece detallada de la siguiente forma: Obras físicas materiales y suministros, 157.751 bolivianos (la obra física no se entiende qué es, ya que, según Ramos, “ningún proyecto contempla la infraestructura”); Maquinaria y equipo, 585.384 bolivianos; mano de obra calificada, es decir la técnico que capacita a la beneficiarias, 126.000 bolivianos, por impartir, según el documento, nueve talleres; capital de trabajo, 40.618 bolivianos, del Fondo Indígena, y 48.662 bolivianos como aporte propio de las beneficiarias.
Ya en el presupuesto desglosado aparece el detalle del alquiler. En concepto de alquiler de edificios, por un total de 12 meses, las beneficiarias han de pagar 24.331 bolivianos por cada centro, al estar los dos centros en la propiedad de la dirigente bartolina, Ramos ha de recibir 48.662 bolivianos, es decir 4.055 bolivianos mensuales.
Pero además del aspecto del alquiler y de su ubicación en propiedad de una dirigente, se han identificado otras falencias o incoherencias del proyecto. En primer lugar, según señala el proyecto en el apartado de resultados, 50 beneficiarios habrían logrado “consolidar capacidades de producción diseño administración y negociación de prendas artesanales y trabajan en dos centros”.

Las beneficiaras deben trabajar por su cuenta

Sin embargo, en las entrevistas mantenidas con Julia Ramos y Cruz, estás aseguraron que el proyecto es sólo de capacitación y que una vez que las beneficiarias hayan logrado formarse habrán de trabajar autónomamente desde sus casas.
Una situación que obligaría a las beneficiarias a comprar sus propias maquinas de coser con el desembolso económico que ello supone y que en la mayoría de los casos será difícil que puedan afrontar por ellas mismas. El segundo aspecto es que, si solo contempla la capacitación de las 50 beneficiarias, ¿qué pasará después con las máquinas de coser adquiridas con el dinero del Fondo?
Según Ramos, la idea es que más mujeres se capaciten en ese centro y que sean las primeras beneficiarias quienes enseñen su manejo, circunstancia que no aparece detallada en el proyecto.
Otra de las curiosidades es el monto destinado a la técnico capacitadora. Por la enseñanza de 9 talleres, la persona encargada de la formación recibe 126.000 bolivianos, es decir, 14.000 bolivianos por taller, el sueldo mensual de un asambleísta.
El manejo irregular de los recursos del Fondo Indígena y la falta de eficacia y planificación de algunos proyectos a lo largo de todo el país han provocado que el pasado sábado, la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo, tras una reunión con la dirigencia campesina, de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (Fsucct), decidiera paralizar la transferencia de recursos económicos a los proyectos del Fondo Indígena que se ejecutan, hasta que se concluya el proceso de investigación, sobre posible malversación de recursos.
Además, determinaron reorientar la inversión de los demás proyectos productivos que ejecutan a través de los ministerios.



Ramos recibirá Bs 48.662 en concepto de alquiler

En concepto de alquiler de edificios, por un total de 12 meses, las beneficiarias han de pagar 24.331 bolivianos por cada centro, al estar los dos centros en la propiedad de la dirigente bartolina, Ramos ha de recibir 48.662 bolivianos, es decir 4.055 bolivianos mensuales.

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