martes, 3 de enero de 2017

Achacollo, entre el olvido de Evo y el apoyo privado



Está sentada al fondo del patio de la cárcel de Miraflores, en La Paz. Esa imagen opulenta de hace un tiempo atrás ya no está acorde con la actual Nemesia Achacollo Tola. La soledad agota su paciencia. El jueves estaba con sus dos hijas, sus únicas compañeras que no fallan en visitarla. Sus otros compañeros, aquellos camaradas políticos, la olvidaron.

Ni Evo Morales ni Álvaro García Linera ni sus excolegas se acuerdan de ella. La exministra, sin embargo, está sorprendida por un apoyo que nunca pensó tener en la condición en la que se encuentra: el sector privado de Santa Cruz la llama y la visita como muestra de respaldo. Expulsa lágrimas y dice: “No hay maldad que dure 100 años”.

Achacollo viste un buzo guindo y una chompa azul. Abriga su cintura con una manta café. Un ‘look’ alejado a la ministra de pollera que prefería andar sin escoltas. Sentada alrededor de una mesa de plástico espera a sus hijas. Come charque y maíz tostado. Se refresca con agua de linaza. Se encuentra sola.

“¿Cómo está?”, lo primero que se le consulta. “Aburrida”, responde. Calla un tiempo mientras hojea rápidamente un ejemplar de EL DEBER.

Después decide hablar sin reparos. “Estoy con rabia y molestia. La gente que se llevó el dinero (del Fondo Indígena) está en las calles y yo acá, que no aprobé ni un solo proyecto, en la cárcel”, se desahoga. Prefiere no dar nombres para no entorpecer la investigación y se enfoca en su situación.
Anunció que presentará un recurso de cesación a la detención para intentar lograr su libertad, ya que su proceso no avanza.

La exministra de Desarrollo Rural fue imputada por la presunta comisión de los delitos de incumplimiento de deberes y conducta antieconómica debido a que se identificaron irregularidades en la ejecución de distintos proyectos durante su gestión como parte del directorio del ex Fondo Indígena.
Está con cuatro meses en el penal de Miraflores y su vida dio un cambio radical. Insiste, mientras agarra los maíces tostados que están en una bolsa, que es inocente y que no tuvo acceso a los proyecto del cuestionado programa Fondo Indígena.

Achacollo es fundadora del Movimiento Al Socialismo (MAS). Ayudó a que el proyecto político-sindical tenga cobertura en el oriente. Y lo logró. Desde su natal Yapacaní hizo un trabajo de base para que el ‘instrumento’ crezca en tierras orientales, algo muy difícil, ya que nadie quería ser masista en el departamento de Santa Cruz.

Nada de Evo
De Evo prefiere no hablar. Mira al frente y llora. Baja su mirada y agarra su manta. Le duele que su compañero de lucha, hoy presidente de Bolivia, ni siquiera la haya llamado para saber cómo está.
El último contacto que tuvo con el jefe de Estado fue en febrero de 2016, mientras realizaba la campaña electoral por el referéndum del 21 de febrero, aquel que perdió el oficialismo. Hoy se entera por la prensa de lo que hace Evo.

Morales designó a Nemesia para que dirija durante cinco años y ocho meses el Ministerio de Desarrollo Rural, un cargo difícil de mantener por la responsabilidad, sobre todo, de lograr una buena relación con los productores de Santa Cruz.

Nemesia fue esa bisagra entre Evo y el sector privado. El presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda, recuerda a Achacollo, en la condición de ministra, como una persona que no medía consecuencias para llegar al objetivo. “No miraba si el productor era grande, mediano o pequeño, siempre actuaba de igual manera con todos”, afirmó.

Apoyo de privados
Y debido a esa gestión, Nemesia ahora tiene el apoyo del sector privado cruceño. Ella no da nombres de los productores que la llaman y la visitan, pero rememora los logros alcanzados con este importante sector. Ve como uno de los más significativos la obligación al sector financiero de otorgar el 30% de su cartera de préstamo a los productores.
Achacollo recibió una llamada desde Santa Cruz la noche del 24 de diciembre. Fue un empresario que la felicitó por Navidad y le expresó muestras de apoyo por su condición.

No festeja Navidad
Nunca festejó la Navidad y mucho menos preparó una cena para la Nochebuena. “No es mi costumbre”, dijo. Sin embargo, este 24 de diciembre sintió una soledad que nunca la había sentido. Se abrazó con las demás reclusas, pero ella necesita el abrazo de sus dos hijas.
Cada 25 de diciembre reunía a su familia, no para festejar Navidad sino para recordar el cumpleaños de su padre, Manuel Achacollo, un dirigente sindical del oriente.

El aparato político prefiere no hablar de la situación de Achacollo; empero, la dirigencia sindical espera que la justicia actúe rápidamente. El dirigente masista e intercultural, Leonardo Loza, respalda a la exministra y considera que el juicio no debe estar parado. “Sabemos la calidad de persona que es Nemesia, ojalá la justicia actúe rápido”, dijo


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