La tarde del sábado, el aún fiscal Ánghelo Saravia solicitó a la Dirección de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI) que se investigue una supuesta extorsión del cual él era víctima, pero durante el mismo, se suscitaron una serie de hechos por los cuales, quienes resultaron aprehendidos y sindicados, por presunto uso indebido de influencias y ser parte de un “consorcio de jueces, abogados y fiscales”, fueron Saravia, su presunto hermano y una mujer.
Según el reporte policial, cerca de las 13.00 del sábado, Leonardo A.G. (presunto hermano del fiscal) se presentó en oficinas de la DACI, en la Felcc, señalando que Saravia estaba siendo extorsionado por Melquiades Mamani, a quien este asistió, cuando aún trabajaba como abogado particular en 2014.
PEDIDO Y OFRECIMIENTO
La pasada semana se dio a conocer un audio, en el que Mamani y un acompañante vistan la oficina del fiscal anticorrupción, en el que se escucha a Mamani ofrecer un pago, como “honorario”, a cambio de que a Saravia se le facilite recobrar el dinero de una fianza, que una persona había depositado en el proceso, por robo agravado, en el que lo patrocinó.
Además, Mamani también le pide a Saravia que le presente un abogado con el cual se realice el trámite de forma más ágil.
“ACONSEJA”
Ante esto, Saravia le explicó a Mamani que ya no podía firmar como abogado, porque él era fiscal, le asegura que tenía una jurista de confianza y que, además, le garantizaría abreviar el trámite, ya que también hablaría con el juez del caso.
“Esto va a demorar por lo menos 30 días (…) tendrías que darle (al abogado de confianza), para comenzar, 500 bolivianos. Y después, saliendo (la devolución de la fianza, 30.000 bolivianos) tendrías que pagarle lo demás, hasta el 10 por ciento te pueden cobrar (…) o sea, yo te puedo garantizar de que te lo caminen y yo puedo hablar con el juez”, se escucha en el audio adjunto a las cartas de denuncias firmadas por el vicepresidente del “Control Social Nacional del Órgano Judicial”, Germán Mancilla, y presentadas ante el Fiscal General y el Ministro de Gobierno.
“Yo le he recomendado a él (Mamani), para que no lo vuelvan a engañar”, aseguró Saravia, sobre el audio, por cuya revelación fue alejado de la Unidad Anticorrupción.
OPERATIVO
Luego de su alejamiento, ordenado por el Fiscal Departamental, Edwin Blanco, Saravia apareció el viernes para afirmar que la denuncia de supuesta “extorsión” era una venganza por parte de los implicados del que él denominó “caso consorcio Ganam- Mendoza”. Y entregó otro audio en el que afirma que se lo extorsiona, pidiéndole dinero para que Mamani retire la denuncia.
En esa línea, el sábado, Saravia, mediante su presunto hermano, pidió a efectivos del DACI que se aproximen a inmediaciones de la avenida 6 de Marzo, en la ciudad de El Alto, para que verifiquen el acto de extorsión.
Sin embargo, la denuncia es desestimada por el fiscal de turno en esa ciudad, Carlos Rivadeneira y en otra acción directa, se procede a la aprehensión de Ánghelo Saravia, Leonardo A.G., Claudia Y., además de a Williams Q.V., quienes fueron hallados en cercanías, en un vehículo verde con placa de control 928–PAY, donde se verificó que la mujer trataba de esconder un sobre con dinero. Los cuatro pasaron la noche en celdas de la Felcc y ayer la mujer fue liberada, por no encontrar indicios en su contra.
Según los mismos informes, en horas de la tarde, la Policía se dirigió a la localidad de Ventilla y tomó contacto con Herminio Pucho y Melquiades Mamani, quienes dan otras versiones sobre el cobro de los 5.000 dólares que se afirma se intentaba extorsionar.
Ante las versiones contradictorias, en Ventilla, donde viven los presuntos implicados, la Policía detectó que Saravia, con su hermano Leonardo A.G. y su abogado Williams Q. intentaron forzar a Melquiades Mamani, para que desista de su acusación de extorsión contra el fiscal.
Saúl Villarpando, abogado de Mamani, dijo que el fiscal, su hermano y su abogado buscaron a su cliente para devolverle 5.000 dólares de los 20.000 que le habían cobrado ilegalmente y de esa manera forzarlo a firmar el desistimiento de la acusación en su contra. Le dijeron que Saravia “era muy poderoso y tenía amigos”, según relató el abogado.
“Amenazaron a mi cliente diciéndole que si no aceptada la devolución del dinero, lo iba a meter a la cárcel”, agregó Villarpando.
Para hoy, se tiene prevista la audiencia cautelar en el juzgado Segundo Anticorrupción de El Alto, donde se definirá la suerte del aún fiscal Saravia fiscal y sus acompañantes
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