El ministro de Gobierno, Carlos Romero, aclaró anoche que no se quiso detener al presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Carlos Chávez, en el aeropuerto de Viru Viru de Santa Cruz, porque no existe una orden de aprehensión ni de arraigo en su contra, y dijo que sólo se le hicieron preguntas de rigor, parte de los operativos de rutina que realiza la Policía Boliviana.
“Lo primero que quiero despejar es la supuesta detención por orden de alguien, eso no existe porque no existe un mandamiento de aprehensión ni una orden de arraigo contra el señor Carlos Chávez, se hizo algunas preguntas de rigor, de rutina, que se suele hacer en estos casos. Ha sido un operativo de rutina de la Policía”, señaló en contacto con la televisora Cadena A.
Según Romero, Chávez abordó su avión rumbo a Asunción, Paraguay, luego de responder una serie de preguntas que le hizo la Policía, respecto a su salida del país un día antes de declarar ante el Ministerio Público, por un proceso penal abierto por legitimación de ganancias ilícitas, evasión tributaria, uso indebido de influencias y beneficios en razón del cargo.
“Él ha explicado que por ser feriado no ha podido cursar un memorial de solicitud de postergación de la audiencia, y que lo hará mañana a través de sus representantes”, agregó Romero.
Chávez viajó a Paraguay para participar de una reunión convocada por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
“Fue un mal momento”
El abogado de Carlos Chávez, Jerjes Justiniano, anunció que tramitó una licencia debido al viaje del dirigente Asunción. También protestó porque “tenían detenido de forma ilegal” a su defendido, informó AFP.
“Fueron unos 15 minutos. Fue un mal momento, pero todo se aclaró”, explicó Chávez al portal del diario La Razón.
El incidente ocurrió un día después que el presidente de Bolivia, Evo Morales, dijera que Chávez “debería renunciar por bien del fútbol boliviano”, emulando a Joseph Blatter, que dimitió a la presidencia de la FIFA tras un escándalo de corrupción.
A raíz de la declaración de Morales, el jefe de la FBF se dijo “acosado y apenado”.
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