Un reportaje del periódico irlandés The Irish Times publica el testimonio de un ingeniero brasileño que estuvo en el hotel Las Américas, el 16 de abril de 2009. La declaración del entrevistado contradice la versión oficial del Gobierno y sostiene que no hubo fuego cruzado y que la mayoría de los disparos fueron de fogueo.
El artículo se publicó el 15 de junio. Está firmado por el periodista Tom Henningan.
La nota, traducida por Harold Olmos, comienza con el relato del ingeniero brasileño Marcos Brandt, quien -dice el reportaje- sostuvo "que no hubo tiroteo, como afirma la Policía, y corrobora evidencias sobre la posibilidad de que las autoridades bolivianas manipularon el escenario para sostener la tesis de que Dwyer y dos de sus compañeros (Eduardo Rózsa y Arpád Magyarosi) murieron en un tiroteo”.
Según el reportaje, esa noche, Brandt iba a darse una ducha para tomar un vuelo temprano a La Paz, cuando el edificio fue sacudido por una fuerte explosión. "Primero pensé que el calentador había explotado. Miré por la ventana del baño que da a un atrio central y me vi ante un soldado que me apuntaba con su rifle. Me ordenó abrir la puerta del dormitorio”, contó a ese medio.
El uniformado, probablemente de la unidad policial UTARC, ordenó a él y a su colega tenderse al piso con sus manos sobre la cabeza. Brandt cuenta que tras la explosión siguieron varios minutos de calma. En esos instantes, escuchó varias voces. "Era normal (lo que escuchaba), no gritos, sólo voces hablando. Sólo entonces empezó el tiroteo”.
Calcula que entre la explosión y el tiroteo pasaron de dos a cinco minutos, lo que -según la nota- "trae nuevas preguntas sobre el intercambio que tuvo la Policía con el grupo de Dwyer, inmediatamente antes de matar a tres de ellos”.
Brandt describe el tiroteo como intenso y continuo, pero inconsistente con la versión de un fuego cruzado. "No sonaba como un tiroteo. No se escuchaban disparos provenientes de diferentes posiciones de tiro”. También describe gran parte del fuego como tiros de fogueo. "Era como si dispararan seguido para asustar”.
Considerando el número de disparos que había escuchado, según la nota, Brandt quedó sorprendido al salir de la habitación cuando la Policía se fue del piso. "Lo que era extraño era que había pocos signos de daños del tiroteo, pese a la cantidad de disparos que escuché. Fue ahí que estuve seguro que se trataba de municiones de fogueo”.
El informe balístico boliviano -refiere el texto periodístico- reportó pocos impactos de bala, pese a que el personal del hotel informó sobre un intenso y prolongado tiroteo, como el descrito por Brandt.
"Su creencia de haber escuchado ‘disparos de tipos diferentes de armas de fuego’ parcialmente disimulados por disparos prolongados de subametralladoras -se lee en el artículo- podría ser relevante en vista del informe de la autopsia sobre el cadáver de Dwyer emitido por la patologista del Estado irlandés. Éste sugiere que fue ejecutado sumariamente con un disparo al corazón por alguien que estaba sobre él”.
Brandt, continúa el texto, afirma que al dejar su habitación se dio cuenta que la explosión que había escuchado fue una serie de estallidos simultáneos en las puertas de los cuartos donde estaban Dwyer y sus compañeros. Aseguró que no vio daños en el corredor donde estaban Dwyer y su grupo, corroborando -refiere la nota- lo que el gerente del hotel, Hernán Rossell, dijo a ese medio inmediatamente después de la acción del operativo.
Este testimonio -dice el reportaje- contradice el informe balístico boliviano que listaba impactos de bala en la pared del corredor afuera del cuarto de Dwyer. Un video filtrado que filmó la UTARC, tras la incursión, muestra que no hay daños en la pared, lo que -según la nota- "fortalece las sospechas de que las autoridades manipularon la escena para apoyar su tesis sobre lo ocurrido”.
The Irish Times conversó con el colega de Brandt, un mecánico brasileño que entonces le ayudaba a instalar una maquinaria para un cliente boliviano.
"Los testimonios de los dos hombres -dice el artículo- coliden en un punto crucial. Brandt asegura que su colega le dijo que escuchó a alguien implorar por su vida y luego nuevos disparos”. No obstante, el segundo hombre negó haber escuchado a alguien implorar por su vida o que le hubiera comentado aquello a Brandt.
En los días que siguieron a la incursión, según la nota periodística, funcionarios del hotel sostuvieron que el grupo de Dwyer estaba solo en el hotel. El gerente Rossell dijo que el que los dos brasileños hubieran estado en el cuarto al otro lado del atrio probablemente los hizo pasar inadvertidos.
The Irish Times pudo ver una copia del registro del hotel en la que figuran los dos huéspedes. Ambos afirman que ninguna autoridad intentó contactarlos después. "La Policía nunca me informó sobre estos hombres”, dijo Marcelo Soza, al ser entrevistado en su exilio en Brasilia.
El exfiscal, quien dirigió las investigaciones, le dijo al The Irish Times: "Éste es otro ejemplo de cómo retuvieron información para mi investigación. ¿Por qué lo harían si no estuvieran tratando de encubrir lo que hicieron?” Soza, según el diario, "procura asilo en Brasil, donde fugó. Ahora sostiene que Dwyer fue asesinado”.
Sobre el caso
Antecedentes El 16 de abril de 2009, en el operativo del hotel Las Américas se desarticuló a un supuesto grupo separatista liderado por el húngaro-croata Eduardo Rózsa, quien falleció junto al irlandés Michael Dwyer y el húngaro-croata Arpád Magyarosi.
Terrorismo Las otras dos personas que acompañaban a esta supuesta banda que pretendía dividir al país, Mario Tadic y Elod Tóasó, enviados en detención a la cárcel de San Pedro. Luego de permanecer más de cinco años en ese penal, en febrero de este año, ambos reciben condenas en el caso terrorismo.
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