Después de dos meses frente al tribunal que lo juzga, ayer concluyó la defensa del húngaro Elod Toaso, uno de los dos sobrevivientes del asalto al hotel Las Américas, ocurrido hace más de 53 meses. Acusado junto a otras 38 personas de pretender matar al presidente Evo Morales, al gobernador Rubén Costas y a otras autoridades en un plan para alzarse en armas, escindir Bolivia y crear una nueva nación, el acusado dijo que sentía que se había librado de un gran peso. "Ahora veremos qué dicen ellos”, declaró apuntando con la mirada al tribunal.
Dos de los jurados, la jueza Julia Elena Gemio y el presidente del tribunal, Sixto Fernández, le hicieron las últimas preguntas, tras la serie que habían iniciado esta semana los abogados de la defensa. Las juezas ciudadanas Sonia Mamani y Anastasia Callisaya permanecieron calladas. A las 17:30 era el turno de Ignacio Villa Vargas, El Viejo, el tercero de la lista para dirigirse al tribunal.
El acusado fue durante algunos meses el "testigo estrella” del fiscal que dirigió el caso hasta este año, Marcelo Soza, quien después lo pasó a la condición de "acusado fundamental”. Pero la sesión fue suspendida hasta hoy porque el acusado sentía que su salud estaba quebrantada para iniciar la etapa de su defensa.
Otro de sus colegas de prisión, el exdirigente cívico Alcides Mendoza, con la presión en niveles extremos, los ojos rojos como si le estuviese ocurriendo un derrame, reclamó ser excluido del juicio o que se le permita un tratamiento intensivo antes de la reanudación de sesiones. El médico Juan Carlos Santisteban, otro de los acusados, dijo que "puede ocurrir todo”.
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