"Quiero denunciar que aquí hubo una confabulación entre Gabriela Zapata, los abogados Willy Sánchez Peña y Wálter Zuleta, y el Gobierno para perjudicarme. Este complot busca ocultar una verdad”, afirma Eduardo León desde las celdas judiciales de la Fiscalía de La Paz, donde está preso hace 12 días.
El exabogado de Gabriela Zapata, expareja del presidente Evo Morales -detenida por tráficos de influencias, ganancias ilícitas y otros- está preso en una de las ófricas celdas de la Fiscalía acusado de trata y tráfico de personas, asociación delictuosa, impedir el ejercicio de funciones y engaño a personas incapaces, delitos que se relacionan con la presentación ante una jueza del hijo que el presidente Evo Morales tuvo con Zapata, pero cuya existencia está en duda.
Pese a que el jueves la jueza Milenka Gutiérrez dictó su detención domiciliaria, estableciendo antes que su detención era ilegal, éste se mantiene preso porque el viernes, por fallas en su sistema informático, Migración no concretó su detención domiciliaria y la Policía no le otorgó un custodio. Se espera que mañana se pueda cumplir estos trámites y que León se acoja a la detención domiciliaria.
Desde la celda judicial, que comparte con al menos seis varones, conversó con Página Siete.
¿Gabriela Zapata lo engañó?
Hubo una confabulación entre Gabriela Zapata, los abogados Sánchez Peña y Zuleta, y el Gobierno para perjudicarme. Siento que hubo un complot para perjudicarme.
Este complot busca ocultar una verdad. Siento una profunda decepción por la señora Zapata, una persona a la que yo defendí con honestidad, más que como a una cliente, como a una persona, a una mujer y a una madre. La señora Zapata, evidentemente, tenía bases en sus afirmaciones, pero nunca entregaba las pruebas que decía tener. Siento que no me dijo toda la verdad sobre ciertas cosas. Le pedí, una y otra vez, mostrar al niño y no lo hizo.
A ello se suma que cuando fui aprehendido me encontraba a unas cuadras de donde se encontraban los otros dos abogados (Sánchez Peña y Zuleta) y no creo, ni creeré, que no pudieron detenerlos. Al día siguiente de mi detención supimos de la aprehensión del abogado Sánchez Peña, pero lo dejaron libre. También permitieron que el abogado Zuleta saliera del país.
Es claro que el objetivo era yo.
A este complot se suma el hecho de que existe una manifiesta intención de acabar con mi vida, algo que ya anunció el ministro de la Presidencia (Juan Ramón Quintana) y que ahora quiere consumar. Si el lunes me quedo acá quedará confirmado que lo que quieren es asesinarme.
¿Vio alguna de las pruebas que Zapata anunciaba contra el Ministro de la Presidencia?
En este momento no voy a referirme a ese tema. Cuando esté fuera de la cárcel veremos eso.
¿Se acabó el caso Zapata?
En lo que respecta a mí, creo que sí, pero este caso se verá en el futuro.
Usted atendió otros casos, como el Fondo Indígena, ¿cómo interpreta su situación?
Lo que quieren es que las denuncias de corrupción contra el Gobierno paren, pero hay que recordarles que yo soy una simple persona y que hay documentos, y elementos que demuestran que los que deben estar en la cárcel están sentados en lugares de poder, y que a quienes denunciamos, seguimos estos casos, pretenden callarnos, amedrentarnos.
Se suma otra denuncia en su contra: la falsificación de su título profesional y libreta de servicio militar
Yo soy abogado, he estudiado y cuento con los documentos que respaldan mi formación. La denuncia del Ministerio de Transparencia no tiene sentido y tengo la posibilidad, saliendo de aquí, de demostrar que todo es falso. Por el hecho de haber aprendido la tabla de multiplicar del nueve no me declaré matemático. Con qué moral me dicen que tengo dos libretas de servicio militar cuando ellos no tienen nada.
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