lunes, 24 de junio de 2013

“Hay corrupción en todos los niveles; eliminarla es un desafío de Bolivia”

Las preguntas incómodas no le molestan, solo le quitan una sonrisa. Es un embajador abierto y responde con claridad en un diálogo con EL DEBER. Así se mostró Tim Torlot, jefe de delegación de la Unión Europea en Bolivia. Se le consultó sobre narcotráfico, justicia, demanda marítima y hasta relección. El diplomático, que está en Bolivia desde noviembre de 2012, cree que uno de los problemas centrales del país es la corrupción, que está en toda la estructura del Estado y que el desafío del Gobierno es bajar la producción de coca.

Las relaciones entre la Unión Europea (UE) y el Gobierno boliviano se han ampliado en los últimos años, ¿a qué se debe?

La Unión Europea está aquí desde hace mucho tiempo, lo que sí tenemos son relaciones mucho más amplias con el Gobierno. En el pasado nos han visto, sobre todo, con un programa muy importante de cooperación, apoyando el proceso de cambio; en este periodo, con más de 400 millones de dólares. Sin embargo, las relaciones en los últimos años se han ampliado también a un diálogo político muy franco, muy amplio y de respeto mutuo. Creo que esa es la diferencia más importante en nuestro relacionamiento.

¿A qué se refiere cuando habla de diálogo político?

Bolivia para nosotros es un país con muchas oportunidades, con procesos de reformas muy importantes, con una economía fuerte, con quien la Unión Europea quiere tener relaciones comerciales, políticas, sociales, culturales. Por eso, el diálogo se da tocando temas que nos afectan, tanto en la economía, como en el medioambiente; también hablamos del cambio climático, de la posibilidad de hacer negocios entre las dos regiones, de inversiones, de tratados de libre comercio; asimismo, de temas en los que el Gobierno boliviano quiere nuestro apoyo, por ejemplo en la lucha contra el narcotráfico, en la democracia, en el sistema electoral, los derechos humanos, la justicia.

Usted menciona que uno de los temas importantes de la cooperación es el narcotráfico, ¿cómo ve la UE el manejo de este tema?

Es un país con un desafío grande por la producción, sobreproducción de la hoja de coca que se usa para la fabricación de pasta base y de clorhidrato de cocaína. Es un país donde desgraciadamente hay tráfico de drogas a través de sus fronteras y nos afecta mucho porque un porcentaje importante de los estupefacientes que se producen y se trafican a través de Bolivia terminan en Europa.

Apoyamos la política integral del Gobierno, la mezcla buena del control social, de trabajar con los cocaleros para fiscalizar el nivel de producción y fijar metas para la cantidad de cultivos; apoyamos también el desarrollo integral para dar otras oportunidades económicas a las comunidades productoras de coca y, por supuesto, el lado más fuerte de la interdicción. Y esta política, de los tres pilares, para las circunstancias de Bolivia, nos parece absolutamente correcta. Estamos respaldando económica y políticamente los esfuerzos en este campo. Es un desafío enorme porque los narcotraficantes están muy bien organizados, tienen mucho dinero. Además, este país tiene el problema de debilidad en el estado de la ley, debilidades en cuanto a corrupción, entonces es un desafío muy grande para Bolivia, trabajando con la comunidad internacional.

La UE apoyó a Bolivia en el estudio del mercado legal de la coca, ¿cuál fue el resultado de ese estudio?

Son ocho informes en dos etapas. No-sotros hemos pagado los ocho informes. Empezamos el trabajo en 2008 y se terminó en 2010, 2011. Esperamos, animamos al Gobierno a publicarlos. Nosotros no los hemos visto, no sabemos lo que contienen. La segunda etapa son cuatro informes complementarios que ha pedido el Gobierno y que los ha pagado. La UE no está involucrada en la preparación o pago de estos últimos informes, y el Gobierno creo que espera la publicación de los mismos, para dar a conocer todos en el mismo momento.

¿Qué dicen los resultados de los primeros ocho informes sobre la extensión de plantaciones de coca?

No sé, francamente pagamos los estudios pero es el Gobierno mismo a través de nuestro apoyo presupuestario y sectorial, quien los pide, entonces son ellos los clientes comerciales. La gente que los ha preparado, por ejemplo el INE, entrega los informes al Gobierno y no a los otros. Esa es la manera en que hacemos. Más del 75% de nuestra cooperación a Bolivia se entrega directamente al Gobierno; son fondos europeos que se dan como apoyo presupuestario para pagar programas, metas, objetivos que tiene el Gobierno; es decir son donaciones directas. Por supuesto, no es una donación sin control, nos ponemos de acuerdo sobre metas específicas.

Pero, ¿cómo saber que hay sobreproducción si no se sabe cuánta coca se va a fines ilícitos?

Los informes que vamos a ver, ojalá este año, van a especificar científicamente el nivel requerido de producción, pero aun sin esta cifra científica el compromiso del Gobierno es reducir los niveles de producción y están haciendo eso con nuestro apoyo, incluso sin estadísticas específicas.

¿Cómo apoyará la UE en el caso de la interdicción?

Hemos entrado en febrero o marzo de este año y hemos anunciado dos proyectos nuevos, cada uno de un millón y medio de dólares, en el campo de la interdicción. Es un proyecto con Conaltid (Consejo Nacional de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas) para centros de formación e incluso centros móviles para la Felcn (Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico). Es un área nueva para nosotros. El otro proyecto es respaldando a la Dirección General de Migración, controlando flujos de personas y por supuesto de bienes a través de las fronteras.

Otra de las áreas que apoya la UE es la justicia, ¿cuál cree que es la principal debilidad en la justicia boliviana?

Creo que hay corrupción en todos los niveles del sistema de justicia, adentro del Gobierno y en niveles de municipalidades, gobernaciones, en la Policía, dentro del Poder Judicial, como se ha visto en el caso de las extorsiones. Eliminar, deshacerse de la corrupción es un desafío enorme, porque es un país de bajo, mediano ingreso; entonces, si no hay el compromiso fuerte a través de toda la sociedad de deshacerse de la corrupción con un esfuerzo enorme del lado policial, judicial, político, es imposible.

Creo que la corrupción es la cosa más importante, no hay confianza del pueblo en los sistemas de justicia, eso se ha visto en encuestas públicas; no hay acceso a la justicia para todos y hay desigualdades en el sistema. Se puede pagar, sobornar para salir de la cárcel, pero la gran mayoría de los presos no puede comprar su libertad; entonces se trata de corrupción y se trata de condiciones en el Poder Judicial, porque no hay la capacidad física para tratar todos los casos que necesitan ir a juicio. Sin embargo, también falta la capacidad de administración de justicia, incluso a niveles de los jueces.

¿Cuáles son los desafíos de los derechos humanos en Bolivia?

El tema de justicia tiene sus debilidades, el tema de las cárceles, donde más del 80% de los presos están sin sentencia; esto representa una brecha de sus derechos humanos. Creo que este es el desafío más grande para Bolivia en cuanto a derechos humanos.

Apoyamos al tema de una sociedad civil más fuerte, una oposición política fuerte que analiza y critica las políticas de Gobierno. Una sociedad necesita sindicatos fuertes, necesita una prensa libre, transparente, responsable con la libertad de expresión, necesita un sistema fuerte de organizaciones no gubernamentales.

¿Qué opina de la nueva Ley de Migraciones que se ha aprobado recientemente en Bolivia?

No conozco mucho de esa ley, pero la migración boliviana en Europa es muy importante, a pesar de la crisis económica que tenemos en ese continente. Creemos que la migración legal es muy importante. Creo que el movimiento libre de personas en el mundo para el comercio, para la estabilidad, el entendimiento entre pueblos es muy importante. Hoy el mundo es global y necesita este intercambio de personas, pero también necesita restricciones.

¿La UE apoyará económicamente para el cumplimiento de la Agenda 2025?

Para mí es una agenda de largo plazo, es una visión que articula las ambiciones del Gobierno en muchas áreas y muchos de los pilares de la Agenda Patriótica son también los pilares del proceso de cambio.

No podemos apoyar en todo, pero vamos a concentrarnos en dos o tres sectores para esa agenda. Estamos discutiendo ahora en qué apoyaríamos los siete años que vienen.

¿Entonces no se definió aún el monto de la cooperación para estos próximos siete años?

Para recursos vamos a esperar las discusiones en Bruselas, a nivel de 28 países que contribuyen al presupuesto europeo; vamos a saber a finales de año, pero siempre hemos dicho que vamos a seguir con un mismo nivel, pese a la crisis (que hay en Europa). Más o menos los recursos alcanzarían 243 millones de euros para estos siete años.

¿Qué opina de la demanda marítima que presentó Bolivia contra Chile?, ¿cree que es el camino correcto para solucionar ese conflicto?

Es un tema bilateral. Tenemos relaciones muy buenas con Chile, tenemos relaciones muy buenas con Bolivia. Esperamos una solución rápida al de- sacuerdo entre los dos países pero no nos metemos con el caso en La Haya. Creo que es bueno para Bolivia, para Chile, para la región tener buenas relaciones entre ambos países y en el momento pasan por una fase bastante negativa. Por el bienestar de todos debería darse una resolución del tema cuanto antes.

¿Cree que fortalece la democracia la relección continua de un presidente y vicepresidente?

Es una decisión para Bolivia, la UE y sus estados miembros no tienen opinión en eso. Por supuesto es una pregunta constitucional, respetamos las decisiones del Tribunal Constitucional. Represento a 28 países donde hay sistemas diferentes, entonces cada país necesita elegir su sistema más adecuado y no voy a decir más sobre esto.

PERFIL

Representa a la Unión Europea en Bolivia tiene la voz de 28 países y su relación con el nuestro

Cargo: embajador y jefe de la delegación de la UE

Edad: 55 AÑOS

Ciudad: La Paz

La llegada al país

Hace siete meses, Timothy Torlot llegó a Bolivia y pese a su corta estadía, se enteró de la realidad boliviana. El jefe de Delegación es un diplomático británico de carrera y tiene estudios universitarios en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido. Trabajó en el servicio exterior de su país por más de 30 años. Su último cargo, en 2011, fue como jefe del Grupo Yemen, país en el que previamente fue embajador durante más de tres años.

En 2005-06 fue jefe adjunto de misión en la embajada británica en Irak. Entre 1997 y 2001 se desempeñó como jefe de la sección comercial de la embajada británica en Santiago de Chile. Su experiencia diplomática abarca países del Medio Oriente y Nueva Zelanda, entre otros.

El embajador Torlot dirige además de las relaciones políticas y económicas, un programa de apoyo a Bolivia de más de 300 millones de Euros ($us 386 millones) entre el periodo 2007 – 2013.

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