La joven brasileña que aparece en la fotografía junto al juez Wilson Arévalo dice estar afectada, aislada de la sociedad y abandonada por el impacto de la foto. Contó que ha dejado de asistir a la universidad y que durante un año y medio estuvo en la cárcel por un delito que no cometió.
¿Cuál es su verdad sobre la fotografía?
La foto es real. Fue una lamentable casualidad porque yo conocía a la doctora Fabiola, que me invitó a un churrasco porque era su cumpleaños. Empezó a las 14:00. El juez llegó en un taxi, nos saludó, nos sacaron una foto, estuvo un rato y luego se fue.
Yo no tengo ninguna relación sentimental con él, nada que ver.
El churrasco fue el 2 de enero en la casa de la amiga de la doctora Fabiola, ubicada en la misma zona donde vive Fabiola, no fue una fiesta con baile, solo un churrasco. El juez debe tener muchos enemigos, yo solo digo mi verdad, jamás tuve una relación sentimental con él, el encuentro fue casual.
¿El juez se comunicó con usted antes del churrasco?
No tuve contacto con él, tampoco amistad, ni antes ni después. Todo lo que se habla es falso.
¿El juez le sacó alguna ventaja económica o le hizo alguna propuesta?
En ningún momento fui beneficiada con nada porque mi audiencia se realizó en la Villa Primero de Mayo, cuando el juez estaba suspendido por el caso Ostreicher. El juez Arévalo solo firmó mi libertad. Yo pagué Bs 10.000 de fianza.
¿Qué dice a las autoridades ahora?
Soy una simple estudiante del quinto semestre de Medicina. En el caso de narcotráfico fui engañada y el año y medio que estuve en la cárcel fue un infierno, una muerte en vida. Después de la foto fui aislada de la sociedad, abandonada y hace tres semanas que no voy a la universidad porque todo mundo me rechaza. Tengo una hijita de seis años a la que envié con mis padres, ellos me mandan dinero para vivir
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