Gabriela Zapata, expareja del presidente Evo Morales, fue contratada por la empresa china CAMC como Gerente Comercial porque se trataba "de una mujer de bastante influencia” en el Gobierno y "de llegada directa con la primera autoridad del Estado Plurinacional”, señala la acusación formal que presentó la Fiscalía.
La acusación por el delito de contribuciones y ventajas ilegítimas que presentaron los fiscales Juan Carlos Soria y Daniel Ayala indica que Zapata visitó desde el 2011 las instalaciones de la Unidad Gestión Social del Ministerio de la Presidencia y en algunas oportunidades registró su ingreso como servidora de dicha entidad.
"La sindicada ingresaba y utilizaba el Salón VIP de la UGS… con la finalidad de generar una situación de apariencia, simulando que ejercía funciones en esa institución, inclusive al participar de actos oficiales de entrega de donaciones”, señala parte de la acusación.
En el documento también se indica que Sigfrido Antelo Suárez, su colaborador, era quien abordaba a empresarios con el argumento de que él tenía contacto con "una mujer de bastante influencia y de llegada directa con la primera autoridad del Estado Plurinacional de Bolivia”.
"Precisamente aquella simulación habría propiciado que la empresa china CAMC (la) contrate como Gerente Comercial sin la exigencia de mayores requisitos que correspondan al perfil laboral necesario para cumplir aquella función”, indica la acusación.
Asimismo, al ser gerente de la firma china "obtuvo dinero y/o ventajas económicas que se encuentran plasmadas en la retribución monetaria elevada, que se constata del contenido del Contrato de Prestación de Servicios suscrito entre la nombrada firma y Gabriela Zapata, reflejando éste un monto de 144.000 dólares, percibiendo mensualmente un sueldo de 3.000 dólares”.
De acuerdo a declaraciones que recogió la Fiscalía, una vez que la expareja de Morales renunció a su cargo recibió en forma conjunta 80.000 dólares, "es decir obtuvo dineros o ventajas económicas en beneficio propio, emergentes de esa simulación”.
Zapata, simulando tener influencias, en abril de 2014 se reunió con Dennis Grundy y Alberto Soto en la UGS y "tenía por objeto la presunta aprobación del Proyecto de Adquisición de Equipos de Seguridad para el G77”.
Tras 27 días de esa cita, Zapata viajó a Buenos Aires junto a Sigfrido Antelo para supuestamente realizar una valoración de los equipos para la Cumbre.
También obtuvo 50 mil dólares de Hovsep A. A. G., quien fue convencido de que Zapata consolidaría el proyecto de creación de una "Cámara de Juegos”. El mismo "modus operandi” aplicó con otros empresarios con quienes se reunió en la UGS.
La expareja de Morales en una entrevista anterior admitió que trabajó en CAMC desde noviembre de 2013. "Trabajo en la empresa desde noviembre de 2013. Hice consultorías con un grupo internacional y ellos fueron los que me recomendaron, no el Presidente (Evo Morales)”, dijo.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, también confirmó que Zapata trabajó en esa firma desde 2013 hasta febrero de este año, es decir que ella ejercía funciones de gerente durante los procesos de contratación directa del ingenio azucarero San Buenaventura, represa Misicuni, planta de Sales de Potasio, la ferrovía Bulo Bulo-Montero y la adquisición de taladros para la estatal YPFB.
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