El general Gary Prado Salmón no espera que el presidente Evo Morales dicte una amnistía para liberarlo del juicio en el caso terrorismo, porque eso significaría “un perdón” por un delito que dice no haber cometido, pero insiste en que el juez lo aparte del proceso por el delicado estado de su salud.
El militar que capturó al guerrillero Ernesto Che Guevara no sale del asombro porque transcurrieron siete años desde que empezó la viacrucis de asumir su defensa frente a las acusaciones, del Ministerio Público, en el caso de terrorismo.
Pasó tanto tiempo que incluso exautoridades del Movimiento Al Socialismo como el exembajador de Bolivia en Brasil, Jerjes Justiniano, y el exconcejal Osvaldo ‘Charo’ Peredo pidieron a través de una carta pública al presidente Evo Morales que dicte una “amnistía” para varios acusados en este caso, entre ellos Prado.
Más tarde, a este mismo pedido se sumó la expresidenta de la Cámara de Diputados, Betty Tejada, que argumentó criterios humanitarios y retardación de justicia. El Gobierno ha optado por decir que es un tema que está en la justicia y que no corresponde inmiscuirse en el caso.
Pero Gary Prado no espera acogerse a una medida de esta naturaleza y menos que el mandatario la dicte. “Amnistía significa perdón para las personas que han cometido algún delito. Yo no he cometido ningún delito, por eso no me corresponde una amnistía”, declaró a ANF.
Aunque las expresiones de solidaridad y los pedidos de amnistía que han planteado no solo Justiniano y Peredo sino muchos otros le han “reconfortado” y se siente agradecido, reiteró que su pedido está dirigido al juez para que lo “separen del proceso” y le den tiempo para curarse.
Gary Prado siente que su situación ya es “insostenible”; primero, por su delicado estado de salud y segundo, por el “cansancio” porque –dice– son siete años de las investigaciones y el juicio, pero no hay sentencia. “Son siete años de juicio, sin pruebas, sin ningún tipo sin sentimiento de quienes dirigen el proceso”, comentó.
Prado hace 35 años que está en silla de ruedas, cuenta que al estar mucho tiempo en una sola posición como debe hacerlo en las audiencias del juicio, le está generando escaras que a la larga pueden generar una infección general y producir una septicemia. “Este es el riesgo”, dijo a ANF.
El juez le ha rechazado su petitorio y ha ordenado la continuidad del juicio, sin embargo uno de los dos abscesos que tiene se abrió en pleno juicio, ahora peritos evalúan su estado y el lunes entregarán un informe.
El militar dice que el Ministerio Público no tiene pruebas para inculparlo, pero que la justicia digitada por el Ejecutivo buscará una sentencia para todos los acusados, por eso acumula documentación que envía a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Cuenta que 40 testigos de cargo se presentaron en el juicio y que ninguno lo comprometió ni lo vio, por lo tanto es imposible probar que fue “asesor” de Eduardo Rózsa, el principal implicado en el plan separatista y abatido en el hotel Las Américas junto a otros dos extranjeros.
“Mientras tanto se va acumulando toda la información, estamos mandando cada semana o dos semanas las últimas actuaciones de este tribunal para señalar las irregularidades para que se acumulen los antecedentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario