La Aduana Nacional de Bolivia (ANB) y el Banco Unión negaron, por separado, cualquier vínculo con Gabriela Zapata, como publicaron algunos medios y redes sociales.
La presidenta de la ANB, Marlene Ardaya, afirmó que no suscribió o rescindió ningún contrato con la empresa Informática, tecnología & Comunicación (ITC) de la cual Zapata es representante legal.
Sectores de oposición acusan al Gobierno de un presunto tráfico de influencias en las contrataciones de la empresa china CAMC, donde trabaja Zapata.
Ardaya explicó que ITC propuso a la Aduana la venta de un software para el sistema de gestión de operaciones aduaneras para la prevención del contrabando en general y fraudes aduaneros (SIF), el cual fue rechazado porque no cubrió con las expectativas que tenía la entidad aduanera.
“Nosotros rechazamos la nota de ITC además (…) la Aduana no ha realizado ninguna relación de contrato con esta empresa o desistimiento de contrato”, afirmó.
Las declaraciones de Ardaya fueron realizadas con documentación en mano en respuesta a las declaraciones vertidas por el periodista Carlos Valverde, quien señaló que habría un vínculo entre la empresa ITC y la ANB.
Por otra parte, la gerente del Banco Unión, Marcia Villarroel, aseguró que Zapata no tiene ningún tipo de relación con la financiera.
“No tenemos ninguna relación con ella, me he permitido revisar a los clientes del banco y hemos visto que no es cliente”, remarcó.
Explicó que la carta, de septiembre de 2010, en la que se acusa a Zapata de pedir al gerente nacional del Banco Unión, Iver Navarro, que instruyera una retención de fondos, no se encuentra anotada en el libro de registro oficial de la entidad financiera sobre la correspondencia del sector público.
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