En la audiencia cautelar realizada ayer para determinar la detención de la expareja del presidente Evo Morales, el fiscal Edwin Blanco indicó que Gabriela Zapata utilizaba los ambientes de la Unidad de Apoyo a la Gestión Social del Ministerio de la Presidencia para reuniones personales con empresarios extranjeros, en complicidad con dos funcionarios de ese despacho.
“Se debe continuar con la investigación para tener otros elementos que sean importantes, como ser testimonios de las empresas, cuánto ganaba Zapata en CAMC y cuántas empresas tiene a su nombre”, apuntó el fiscal. El sábado el fiscal General, Ramiro Guerrero, informó que se ordenó la aprehensión de dos funcionarios del Ministerio de la Presidencia que fueron implicados por Zapata. La agencia ABI identifica como Cristina Choque y Jimmy Morales a los funcionarios demandados. Ambos, según Guerrero, facilitaron bienes del Estado para que Zapata realice sus delitos.
Cifras millonarias. Blanco precisó que en la audiencia, la Fiscalía mostró un cuadro con una serie de ingresos irregulares, que evidencian una actividad económica sospechosa superior a los $us 10.000 en cuentas bancarias de Zapata.
“Se esperaba que demuestre que esos ingresos son legales, pero no se ha presentado ningún elemento que acredite el fin lícito de todo el dinero que ella ha obtenido”, argumentó Blanco.
El Ministerio Público solicitó a la Unidad de Investigación Financiera (UIF) y a la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) información para determinar el patrimonio de Zapata.
Golpe a la credibilidad. Con todas esas revelaciones, sumado al misterioso destino del hijo de Evo Morales, según los analista, la imagen del primer hombre del Estado está en franco deterioro. "El país no sospechaba un gobernante con tan pocos escrúpulos. Es indignante ver que tenemos un presidente amoral y desalmado", señaló el analista Humberto Vacaflor.
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