Hace 10 días que fue enviado a la cárcel de Palmasola. Fue asesor del exfiscal Marcelo Soza y está recluido en el denominado PC-6, donde comparte con unos 30 internos. Cada lunes decidió hacer ayunos cristianos en busca de paz en su interior. Tras llegar al penal sufrió una depresión, pero es consciente de que debe defenderse tras las rejas.
¿Cómo está viviendo sus días en el penal?
Estoy preso, pero gracias a Dios aquí me recibieron muy bien. Mi vida está prácticamente destruida. Esto me causó grandes problemas familiares y he abandonado a mi clientela en La Paz, la que construí durante muchos años.
¿Qué noticias tiene de Marcelo Soza?
Solo conozco que se fue de Bolivia. Creo que fue un desleal y con su fuga me traicionó. En Brasil deberían de tomarle declaraciones para que asuma su responsabilidad. Si Marcelo me hubiera consultado antes de irse, yo le habría aconsejado que no lo hiciera. Me pregunto, cuál es la causa para que no investiguen a la gente que estuvo trabajando con él. Yo solo era su abogado y jamás conocí una hoja del expediente del caso terrorismo. No he cometido delito alguno.
¿Cómo está encarando su defensa?
Estoy acumulando mis pruebas de descargo y las presentaré. Dios les pasará factura a todos los que me metieron aquí. Los veré porque el poder no es eterno. Al fiscal de La Paz Humberto Quispe lo demandaré por falsificar un informe diciendo que me encontró listo con mis maletas para escapar. Eso es mentira, presentaré testigos. Precintó mi casa de forma abusiva. Mi hogar está destruido porque mi esposa me planteó el divorcio. Me quedo en Santa Cruz, me defenderé de todo lo que inventaron
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