Incertidumbre. Ese sentimiento tienen los abogados y procesados en el caso Rózsa, que este 16 de abril cumplirá cinco años de haberse iniciado tras el atentado al cardenal Julio Terrazas y el asalto policial al hotel Las Américas que culminó con la desarticulación de una supuesta red subversiva y en la que han aparecido 38 personas imputadas, de las cuales ocho están detenidas.
"Cada vez queda demostrado que esto es un montaje del Gobierno por neutralizar el movimiento cívico de Santa Cruz y para que fiscales como Marcelo Soza amasen una fortuna", dijo Gary Prado, defensor de uno de los imputados.
Avance lento del juicio. Ayer se volvió a reinstalar la audiencia del juicio oral y continuó declarando el exdirigente unionista Juan Carlos Guedes.
Se trata del cuarto imputado de los 21 que asisten al juicio, entre ellos ocho privados de su libertad y el resto con detención domiciliaria.
Guedes habló del llamado "Plan Navidad" que el régimen de Evo Morales diseñó para contrarrestar el movimiento cívico aglutinado en la llamada "media luna" y en el libreto estaba el caso Rózsa.
Por su parte, Ignacio Villa Vargas, llamado primeramente testigo clave y ahora incluido entre los imputados, dijo que la opinión pública sabe que todo el caso fue armado, pero han pasado tantas cosas que no sabe cuál será su futuro. Otto Ritter, defensor en el caso, indicó que los acusadores están cada vez más desprestigiados, entre ellos citó al exfiscal Marcelo Soza que dejó el fardo a sus colegas que ahora no pueden mantener el caso.
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