viernes, 11 de diciembre de 2015

El fondo del Fondo

Los cuerpos que son arrojados a la hoguera de los acusados del manejo corrupto del Fondo Indígena (Fondioc) están provocando llamaradas muy altas, que amenazan a la cima del poder.
 
El precio del petróleo cerro a la baja en la jornada de ayer con lo que se completan cinco días consecutivos. La razón es un creciente temor de la llegada de una sobre oferta en el mercado, a tal punto que los almacenes de petróleo a nivel mundial podrían estar llegan do a su límite de capacidad. El efecto llega a pesar de que las cifras sobre el almacenamiento de EEUU están cayendo. EEUU tiene la mayor capacidad mundial de almacenamiento.
Abraham Paco, de la Centra Agraria Túpac Katari, Luribay, uno de los acusados, dijo: “Le hemos dicho (sobre la corrupción del fondo) personalmente al señor Evo Morales, acá en Palacio y en la casa presidencial. ¿Pero qué nos dijo? ´Hermanos, no dividan La Paz´. Pero ¿qué está pasando? ¡Ya ha salido a la opinión pública!”
Julia Ramos, exministra de justicia que está en la cárcel por este caso, preguntó públicamente quién protege a Nemesia Achacollo, que no fue inculpada por el caso, a pesar de haber sido la presidente del directorio del Fondo.
Y Damián Condori, masista que se convirtió en opositor en Chuquisaca, dijo que, en su criterio, el propio Fondo y toda la investigación que comenzó por iniciativa del Contralor, forma parte de un plan dirigido a destruir a los dirigentes indígenas.
Hay otras lecturas de este caso. Norma Piérola, diputada opositora, dice que el escándalo del Fondo ha sido creado a propósito para exhibir un presunto interés del gobierno de combatir a la corrupción, como una cortina de humo para ocultar la verdadera, gigantesca y multimillonaria corrupción de contratos, adquisiciones y designaciones irregulares.
A propósito de esto, el ingeniero Guillermo Tórrez reveló esta semana en la Universidad Católica de Tarija que la planta de separación de Yacuiba, con un costo de US$ 700 millones, tendrá problemas para entrar en producción petroquímica por imprevisiones cometidas en su diseño y su instalación.
El mismo Tórrez cuestionó la instalación de la planta de Bulo Bulo y los expertos convocados dijeron que la perspectiva de que el país se quede sin gas natural dentro de unos nueve años cuestiona todas las decisiones e inversiones en hidrocarburos.
Si Bolivia quisiera usar el propano que se produce en Yacuiba para producir petroquímica de exportación, tendría que subvencionar el precio. La planta producirá una tonelada en propano en US$ 230 pero el cálculo para la industrialización requiere que el costo sea de solamente US$ 169 por tonelada.
De lo que surge la pregunta sobre cuáles fueron los detalles exigidos durante el proceso de compra de la planta. El precio fue muy alto, pero no se tomó en cuenta que del otro lado de la frontera, hay plantas similares, con capacidad instalada desperdiciada, que podían haber sido usadas, pero el gobierno boliviano necesitaba hacer compras millonarias, sin licitación.

Los cañeros de Bermejo llevan su caña a Orán, donde hay un ingenio azucarero con capacidad muy grande, pagan con caña el servicio, y resuelven el problema. Algo así podía haber hecho Bolivia en el caso de la planta, pero lo más importante era pagar una factura muy gorda.              

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